Hola emprendedores!
Vuelvo al blog con todas las pilas para desmenuzar el extenso entramado de acciones que tenemos que hacer hasta concretar una venta en el mundo online. Y para organizarnos voy a tomar de base una teoría marketinera aggiornándola para que nos sea útil a la hora de comunicar nuestros mini negocios: estoy hablando del embudo de ventas. Este famoso embudo marketinero nos muestra el proceso y organiza las acciones que debemos realizar para convertir una persona interesada en nuestro negocio en un cliente real.
Yo lo resignifiqué un poco para que nos sirva a nosotros, emprendedores, para entender cuáles son los pasos por los que pasa una persona desde que conoce nuestra marca hasta que se convierte en un cliente. ¿Cómo deberíamos usar este embudo? Listando todas las acciones que hacemos día a día para comunicar nuestro proyecto, haciendo el ejercicio de incluirlas en cada uno de los pasos, y así empezar a entender qué está faltando para completar nuestro embudo, para llevar a esos interesados a definir una compra. En el mundo online, nuestro embudo sería algo así:
Vamos a suponer que acabamos de lanzar un tienda online, la primer pregunta que deberíamos hacernos es cómo hacemos para atraer visitantes a esa tienda. Ese es el primer escalón de nuestro embudo. Aquí entran las acciones masivas que nos ayudan a generar tráfico, a que la gente conozca nuestra marca. Un ejemplo concreto son los avisos pagos en Facebook o en Google, que nos permiten ampliar nuestra visibilidad y captar audiencia.
Una vez que esa gente llegó a mi tienda online (o a mi blog, por qué no!), el segundo paso sería pensar qué debemos hacer para despertar el interés de esos visitantes. Al igual que cuando nos muestran un trailer de una película para que después la veamos, esta instancia es en la que debemos seducir a nuestros visitantes, contarles de manera atractiva por qué deben comprar nuestros productos.
El tercer escalón es clave, porque tenemos que pensar en acciones que hagan que esas personas que se mostraron interesadas en nuestros productos o servicios terminen convirtiéndose en compradores. Un ejemplo claro son las ofertas exclusivas para suscriptores, porque están enfocadas en personas que ya han mostrado interés en nuestra oferta, por lo que tienen mayores chances de ser efectivas.
Y por último, y no por eso menos importante, una vez que conseguimos compradores no tenemos que dejarlos de lado! Al contrario, tenemos que seguir contactándonos con esas personas, hacerlas sentir importantes y lograr que vuelvan a comprar! Entonces, en este escalón estarán las acciones que incentiven a la recompra. Un ejemplo puede ser un descuento especial que reciben nuestros clientes durante el mes de su cumpleaños.
En definitiva, muchas veces solemos centrar todas nuestras acciones de comunicación en el primer escalón (la famosa fiebre por conseguir «likes» por ejemplo, les suena?) y nos olvidamos que una vez que conseguimos hacer más visible nuestra marca tenemos que acompañar a esos nuevos visitantes en todo el proceso. Entonces, ¿podemos ubicar cada una de nuestras acciones en una instancia del embudo? Es una buena manera de diagnosticar qué escalón necesita un empujoncito más, una vuelta de tuerca y así empezar a llevar a ese público al que accedemos a través del mundo online por el buen camino para convertirlos en clientes.
¿Se animan a hacer el ejercicio de categorizar sus acciones online en estos cuatro pasos? ¿Pueden identificar cuál necesita refuerzos? Adelante! 🙂